El Monstruo que devora vidas: Un reportaje sobre la anorexia

                                       
                                                                                   




 Por Miguel Jiménez Álvarez                                                            
                                                                                       
1. Linda es geek, baila danza y es atacada por un Monstruo


El mundo ideal de Linda sería con menos presión social. Hay un Monstruo en su cabeza que no se calla y devora su cuerpo. Se llama Anorexia, atacó a Linda y la Secretaría de Salud, Educación Pública y Comunicaciones no lo han atrapado, pese a que en México se registran cada año 20 mil casos de anorexia y bulimia -entre mujeres y hombres-, los cuales han aumentado 300% los últimos 20 años, de acuerdo a una investigación del Centro de Estudio para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, de la Cámara de Diputados. 

Linda vive con el Monstruo desde hace 10 años pero tiene 3 meses con consciencia de enfermedad. Para Michelle Charlier Kuri, Jefa de la Unidad de Salud Mental del Hospital Juárez, en la mayoría de los casos de anorexia en niñas, mujeres y hombres nunca hay una consciencia de enfermedad. Para ella, los pacientes no se proponen ser anoréxicos, sabiendo lo que significa la anorexia. Lo comprenden cuando el problema ya está más avanzado, incluso con una distorsión de la imagen a nivel neurológico.

Linda baila danza clásica desde los 4 años, a los 18 estuvo en una escuela profesional de danza y cree que el contexto social en el que ha vivido fue una de las causas para que el Monstruo la atacara. De acuerdo con la Dra. Rosalía Rodríguez, del Centro de Trastornos de la Conducta Alimentaria ZIREL, los trastornos alimentarios son enfermedades multicausales. 

Quienes padecen anorexia no sólo buscan ser delgados, influye en ellos factores genéticos –en una familia pueden verse diferentes tipos de trastornos de alimentación o incluso el mismo, según la doctora-, factores psicológicos como una autoestima baja, junto a episodios depresivos, además de factores socioculturales como ambientes sociales que privilegian la apariencia, la difusión en los medios de comunicación de la moda y asociaciones de tipo ‘delgadez es igual a belleza y éxito’.
La danza, a través del cuerpo, crea arte con las bailarinas. El cuerpo como única herramienta de Linda. Ella expresando lo que no puede decir con palabras. Ella disfrutando la disciplina de la danza. Un Monstruo que zumba sus oídos para exigirle y desgastarla. Quiere enloquecerla. 

2. El Monstruo bombardea

El Monstruo encierra la mente. Sólo permite pensar en el propio cuerpo y la comida. No hay más ideas en qué concentrarse. Si hay estrés, manéjalo a través de la comida, dice. Empieza con una dieta. Limita lo que comes, checa las calorías y corta cada alimento en pedazos pequeños. Sube a la báscula. Debes de perder peso. Eso que refleja el espejo es tu imagen. Lo ven tus ojos. No hay ninguna alteración en tu cerebro. No digas que tienes hambre, sed o sueño. Haz ejercicio a cada instante, no importa si estás cansado o no tienes tiempo. No sientes nada. Estás bien. Lo puedes lograr. Los demás te lo agradecerán. Créelo, murmura el Monstruo. 

De acuerdo al Centro de Estudio para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género, la anorexia nerviosa se caracteriza por el rechazo a mantener un peso corporal por encima del mínimo para la edad y talla; preocupación por engordar, aun estando por debajo del peso ideal, y una distorsión en la percepción del peso y de la imagen corporal. En México, 95% de los casos de anorexia se desarrollan a partir de una dieta estricta. Asimismo, 90% de las personas que padecen anorexia son mujeres, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.



3. Un perfil de Linda

Linda siente que no encaja en ningún lugar. Dice que no se le dificulta socializar, el problema es que nunca ha tenido un sentido de pertenencia real. No tiene modelos a seguir pero poco importa. “Admiro a las personas por el hecho de ser y existir, más allá de sus logros alcanzados”, declara.
Linda tiene 23 años y se describe como una combinación de sueños, aspiraciones e ideologías, como una dualidad constante. “Quiero afecto pero lo rechazo cuando llega. Quiero atención pero me escondo si la recibo. Busco la protección pero me he perdido en el proceso”. 

Linda se reconoce como “geek” y cree que todos tenemos un “geek” dentro. Para ella, el término significa que te interesen cosas no tan atractivas para la sociedad. En su caso, ser fan de las bandas instrumentales y los artistas de orquesta de las películas. El compositor que más le gusta es Hans Zimmer, creador de bandas sonoras como El rey león, Gladiador, 12 años de esclavitud, Mi Villano favorito y la película que más le gusta a ella: El descanso. Aunque la película con la que acercaría a una persona al cine sería “Los coristas”, una cinta que habla sobre cómo un profesor aleja la violencia que practican los profesores con los niños de un internado, convirtiéndolos en un coro de música clásica. 

Para Linda, un sueño es igual a felicidad; el odio es un sentimiento; la moda son pasarelas; la crueldad es dolor; reírse es agradable; la amistad es pertenencia; la Ciudad de México es salvación; el conocimiento es análisis y la canción que más le gusta es “She used to be mine”, de Sara Bareilles.
Linda viaja a Italia. El motivo: un proceso de búsqueda. Durante el viaje, se encontró con el Monstruo por primera vez. Lo vio de frente y reconoció que no podía seguirla consumiendo. Linda le puso un alto al Monstruo. Quería ayuda. 

4. La batalla contra el Monstruo 

El Monstruo es retado a un duelo en el que nunca creería fuera a enfrentarse. Sus oponentes están entrenados por especialistas: nutriólogos, psicólogos y terapeutas, quienes esperan desde la esquina del ring. El Monstruo hipnotizará a su oponente diciéndole que salga del ring, vea su cuerpo en el espejo y vomite lo que comió. Pero antes, los especialistas ya les habrán dicho a sus luchadores que no todo lo que piensen merece su atención, que minimicen y dejen pasar eso que escuchan. Los luchadores deciden a dónde irse.

Linda odia la comida. Comer le produce enojo y frustración. Antes comía lo que quería, en las cantidades que deseaba y eso le agradaba. Ahora ya no puede hacerlo. “Al entrar a la clínica estoy obligada a comer cinco veces al día en cantidades adecuadas, por lo que experimento muchas emociones de impotencia, enojo y tristeza”.

Para la Dra. Rosalía Rodríguez, lo primero que debe hacer un paciente con anorexia es volver a comer. El Monstruo lo sabe y ametralla la cabeza aún más. Para la doctora, ésta es una de las dificultades para iniciar el tratamiento. Sin embargo, se necesita la re nutrición del paciente para trabajar psicológicamente y darle más herramientas para derrotar en las tres caídas al Monstruo.

La investigación hecha por el Centro de Estudio para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género declara que en México, el 57% de los adolescentes enfermos pueden tener una vida normal con tratamiento médico; el 40% presenta una curación total, mientras que el 3% de los adolescentes fallecen antes de empezar algún tipo de tratamiento. Un caso es el de la actriz Karla Álvarez, quien falleció en 2013 a los 41 años a causa de un paro cardíaco, debido a que padecía bulimia y anorexia desde hace varios años, de acuerdo al  informe de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, al encontrarla muerta en su casa. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca a los trastornos alimenticios como la tercera causa de muerte entre adolescentes, después de los accidentes de tránsito y la adicción a las drogas.

“Esto es muy variable, depende de qué tanta consciencia de enfermedad tenga la persona y su apego a las indicaciones durante el tratamiento”, señala la Dra. Rosalía Rodríguez, ya que puede haber casos donde haya una mejoría antes de los primeros cinco años de tratamiento o casos donde la mejoría se muestre después de este tiempo.  

En el Hospital Juárez, los casos de anorexia se detectan en consulta, de acuerdo con Michelle Charlier Kuri. El tratamiento se aborda en las áreas de Nutrición, Medicina Interna y Salud Mental, donde buscan las causas psicológicas que lo originaron. Junto a su equipo de psicólogos y psiquiatras, Michelle Charlier Kuri busca desde cuándo y por qué se originó el trastorno de alimentación. Además de que el hospital da la terapia grupal entre pacientes y la terapia familiar. 

El Monstruo ronda los pasillos de la Clínica ZIREL. A veces lo sacan de la clínica, pero a veces permanece a lado de Linda. “Hay días muy buenos donde tienes logros y ves que comienzas a desprenderte de tu trastorno y hay días malos donde quieres renunciar y refugiarte en él”, dice. Para ella, el proceso ha sido muy complejo. En su cabeza, hay muchos retos y desilusiones. Pero Linda permanece con la esperanza de llevar una vida más libre, con menos tormento y ataduras. Como una noche le ocurrió en la clínica. “Tuvimos un momento muy lindo. Estábamos todas las pacientes afuera de nuestros cuartos riéndonos de nuestras reacciones ante la comida y múltiples enfermedades. A veces, el reírnos de nuestros problemas ayuda a aligerar el proceso de recuperación”.

5. La educación en la anorexia  

Linda se apodera de la creatividad. Para ella, el concepto significa que con tus propios recursos, pienses y vayas más allá que los demás, que seas capaz de transformar, crear y modificar. 
Linda cree que los mexicanos somos alegres a pesar de vivir en un desastre. Y no estaría tan equivocada, ya que el país da porcentajes de insatisfacción corporal en adolescentes que van de 20% a 60%, según un estudio del Centro de Investigación en Ciencias Médicas de la Universidad Autónoma del Estado de México. Además, el 25% de mujeres entre 15 y 18 años han dejado de comer por 12 horas por miedo a engordar, refleja una encuesta realizada en 2013 por la Secretaría de Educación Pública, la cual no ha actuado más allá de realizar una encuesta.  

Si algo remarca Linda, es su gusto por estudiar y aprender. Su disciplina: el arte. Admira las profesiones como pintor, escultor, escritor y cineasta. Pero Linda ha sido perfeccionista. Para comprender el perfeccionismo, hay que verlo como un constante deseo por hacer mejor las cosas. Pero cuando el objetivo no se logra, hay estrés y ansiedad por no disfrutar lo que se hace, ya que las actividades se ven como retos donde lo que importa son los resultados. 

El filósofo francés René Girard, en su libro La anorexia y el deseo mimético señala: “El único y exclusivo ideal común de nuestra sociedad es la delgadez”. Apunta páginas después: “Todo el mundo intenta perder peso… La anorexia está mal vista, hay que estar delgado pero sin dejar de comer”.  Según cifras de la OMS, México es el país con mayor índice de obesidad en el mundo, así como las denuncias que más se presentaron el último año ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), fueron de 182 por apariencia física, seguido de 169 por discapacidad.



6. ¿Y si se previniera la anorexia desde las escuelas?

Para Michelle Charlier Kuri, la atención que la Secretaría de Salud le da a los trastornos alimentarios se enfoca hacia la obesidad -con campañas para atender el problema de salud pública que representa-, pero ignorando la creación de instituciones especializadas para tratar a los pacientes con algún trastorno alimenticio. La Dra. Rosalía Rodríguez considera que falta un modelo integrativo. “Si lo viéramos en una recta, por un extremo están los trastornos de conducta alimentaria y en otra la obesidad. Forman parte de lo mismo”. 

La doctora cree que algo importante para tratar los trastornos de alimentación sería que existiera una coordinación entre el sector Salud y la Secretaria de Educación Pública. “Sabemos y está documentado que los programas de prevención en escuelas tienen el escenario idóneo para impactar una gran población”. 

Si se creara un Programa Nacional para prevenir la anorexia, la Dra. Rosalía Rodríguez promovería que las personas aprendieran a utilizar el plato del buen comer, así como enseñar a manejar las emociones y trabajar con temas de autoestima, ya que considera que la comida aparece como un elemento de compensación o autosatisfacción. De esta forma, la gente sabría qué hacer con lo que está sintiendo. 

El Monstruo tambaleó el piso de las escuelas y aparece con las estudiantes universitarias, diciéndoles que deben mostrar atención a su imagen corporal. De acuerdo a la ENSANUT 2012, en los universitarios se observa que “entre el 19% y el 30% de las mujeres presenta algún tipo de trastorno con conductas de bulimia y anorexia por su obsesión sobre su imagen corporal, sin tener el resto de los síntomas”. Mientras que en un estudio hecho por la Universidad Autónoma del Estado de México, se encontró que los porcentajes de anorexia fueron mayores en las estudiantes de universidades públicas que en las de las privadas (24.59 vs. 14.50%).

7. El Monstruo ganó: lo sacaremos desde una cirugía en el cerebro

En ocasiones, le levantan la mano al Monstruo en señal de victoria. Parece que será un referee quien proclama como ganador a una Linda, cuando quizá se deteste y apenas se pueda levantar para caminar. No es ella, son seres malvados que desean comerse sus órganos. 

Dentro de las salas de Neurocirugía del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”, decidieron enfrentarse al Monstruo, combatiéndolo desde el cerebro. Dirigidos por el Jefe de la División de Neurociencias, el Dr. Manuel Hernández Salazar, un equipo multidisciplinario de especialistas, entre neurólogos, cirujanos, psiquiatras, psicólogos y fisiólogos, realizan una operación en el cerebro, la cual consiste en hacer dos cirugías: una interrumpe el circuito periférico conocido como meso límbico y la segunda cirugía es hacia el tálamo. “La enfermedad se basa en una obsesividad, con la consecuente compulsión”, explica el Dr. Manuel Hernández Salazar. “La cirugía está dirigida hacia este síntoma obsesivo compulsivo”.

Para hacer la cirugía -conocida como leucotomía límbica-, el Monstruo debió haber dejado a la persona con un peso de 28 kilos, intentos de suicidio, carácter violento y llevar más de 2 años con los síntomas. El Dr. Salvador García comenta que el cerebro se atrofia y los pacientes pierden capacidades que tenían antes, ya que hay una pérdida neuronal a la altura de la corteza cerebral, algo visto en pacientes ancianos. 

La Dra. Rosalía Rodríguez considera que la cirugía sería un último recurso. “Creo hay otros abordajes antes de este tipo de alternativas que valdría la pena explorar, para así tratar de evitar los riesgos que esto implicaría, ya que es una cirugía a nivel de cerebro y pudiera tener secuelas”. 
La leucotomía límbica tiene riesgos, como una hemorragia o una infección. Además, arroja resultados 6 meses después, cuando los circuitos cerebrales se reorganizan, además de que está la posibilidad de que las conexiones interrumpidas -que provocaban obsesiones con el peso y la imagen corporal- vuelvan a generarse. El Monstruo encoge de tamaño y para deshacerlo, se sigue el tratamiento psicológico y el uso de medicamentos, aunque en dosis menores porque el Monstruo ya no molestará en la cabeza, ya permite vivir mejor. 

8. Cuando se quería prevenir y se promueve la anorexia

Los medios de comunicación presentan imágenes de extrema delgadez para alarmar sobre la anorexia y el Monstruo sólo sonríe. Para la Dra. Rosalía Rodríguez éstas imágenes no son recomendables, ya que inspiran a quienes están por desarrollar la enfermedad o para quienes ya la tienen. “A lo mejor en primera instancia el objetivo era prevenir pero se termina promoviendo”, señala. “Las personas suelen hacer de un programa que tenía una intención informativa pensar ideas sobre vomitar, usar laxantes, etcétera”. 

La doctora considera que la anorexia se debería abordar de otra forma en los medios de comunicación. “Se habla poco del sufrimiento de los pacientes, de la tortura que implica estar pensando todo el tiempo en la comida y lo mal que se sienten con sus cuerpos. De las dificultades que implica adaptarse socialmente. Esa parte no tiene tanto espacio”, subraya y añade que, de lo contrario, se promovería que la anorexia es una idea de chicas superficiales que sólo quieren ser delgadas, cuando es una enfermedad mental donde las personas sufren mucho. 

Para la Dra. Rosalía Rodríguez, el tema aspiracional es una realidad. Y es que si algo no se puede negar es que la delgadez y la belleza es algo premiado por el cine, la televisión, la publicidad. La mayoría de los protagonistas y modelos de éstas narrativas poseen cuerpos casi esculturales, lejos de la realidad. Sus imágenes se nos introducen con una vida social satisfactoria e incluso una situación económica solvente. 

“Aunque científicamente hablando, los medios de comunicación no forman parte del origen tal cual de los trastornos, sí forman parte de mediadores de estas variables que los causan, difundiendo este estereotipo de delgadez es igual a atracción”, señala la doctora sugiriendo la posibilidad de introducir diferentes cuerpos en la publicidad y cita el ejemplo de la campaña Dove, Por la belleza real, la cual ha promovido la aparición de mujeres de diferentes nacionalidades, tipos de cuerpo y apariencias. La doctora considera que es un tema que debería discutirse en las instancias gubernamentales y legales, ya que sería otra forma de prevenir e incidir.

9. 20 mil mexicanos no son nada

A la Secretaría de Salud, Educación Pública y Comunicaciones les interesa poco que se bombardee la cabeza de 20 mil mexicanos cada año, excluyéndolos, haciendo que se repugnen como personas y dejando que 600 de ellos puedan morir. En una solicitud de información pública al INFOMEX, sobre la existencia de una campaña nacional que prevenga a los jóvenes sobre la anorexia en los medios de comunicación, la Secretaria de Comunicaciones respondió que no hay ninguna campaña. En el mismo sentido, la Secretaría de Educación Pública pidió una prórroga de 10 días, que aún no ha sido respondida. 

En cuanto a la Secretaría de Salud, los Servicios de Atención Psiquiátrica y la Dirección General de Comunicación Social declararon que no existe un programa o campaña nacional de la Secretaría que prevenga a los jóvenes sobre la anorexia, sin ningún presupuesto asignado. Los seis proyectos que abarcan los Programas de Acción Específicos 2013-2018, de la Secretaría de Salud son: Igualdad de Género en Salud, Prevención y Atención de la Violencia Familiar y de Género, Prevención y Control del Cáncer de la Mujer, Planificación Familiar y Anticoncepción, Salud Materna y Perinatal y Salud Sexual y Reproductiva para Adolescentes. 

Los doctores Claudia Unikel Santocini y Alejandro Caballero Romo indican -en la investigación Guía Clínica para Trastornos de la Conducta Alimentaria- que hasta la década de los años 80 los casos de TCA fueron inexistentes en México. Sin embargo, en la última década han aumentado los pacientes atendidos con trastornos de alimentación, así como las unidades especializadas. Los doctores mencionan la creación de la primera clínica de Anorexia Nerviosa en México, en 1985, la cual pertenece al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y de la Nutrición “Salvador Zubirán”. En 1990 se crea la Clínica de la Familia, que en 2003 cambia su nombre a Clínica de TCA y Obesidad. La última unidad fue creada en 1996 y es la Clínica de Trastornos de la Conducta Alimentaria, perteneciente al Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”. Comentan que ahí se tratan, aproximadamente,  250 casos de TCA al año. 

10. Linda hace a un lado al Monstruo 

Linda ha sentido mucha presión por ser alguien en la vida, pero ahora sólo ve fijamente la idea de una recuperación. En estar realmente recuperada. Eso hace que Linda pueda mantenerse durante los días malos. “Lo que me ayuda es como pensar ‘Bueno, cuando este recuperada voy a poder hacer tal cosa o disfrutar esto. Como una vida con menos ataduras’. Y el tener esa idea en la cabeza es lo que me ha ayudado”, sonríe tras ver hacia el techo del consultorio. 

La Dra. Rosalía Rodríguez señala que en el tratamiento se va haciendo una transición gradual a casa, para que los pacientes puedan ir poco a poco aplicando las estrategias que aprenden en la Clínica en su realidad. Cuando ya están en casa, llevan al menos un año de tratamiento externo, como una forma de monitorear que se mantienen los avances aprendidos durante el tratamiento. 

Si Linda fuera escritora de ficción, dice que escribiría cuentos con un mensaje para trabajar y elevar el autoestima, así como la búsqueda de identidad. Quizá sus personajes derrotarían a varios monstruos que nos atacan a todos, como ahorita ella lo intenta con uno, creando su propia historia en un mundo que desearía fuera más relajado y menos cruel.  

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